Politiqueo y otras chorradas.

En la corte del rey carmesí.

Recostado de medio lado en su trono de oro,
el monarca cierra los ojos y se aflige.
No es el dolor de un pueblo hambriento,
ni el sufrimiento de aquellos cuyas vidas rige,
lo que al rey le impide conciliar el sueño.

Clama al cielo, jura y perjura y a Dios exige,
que mitigue el suplicio en el que lo ha sumido.
No entiende el motivo del castigo y se lamenta.
¿Cual ha sido mi falta? ¿Tan grave fue la ofensa?
No hay pecado que merezca tan cruel penitencia.

Mientras el monarca se rasca el bajo vientre,
como liebres corren los lacayos por el palacio.
Hacen apuestas por quién ejercerá de chivo,
por quién de ellos sujetará el cuchillo entre sus carnes.

En su regio asiento el rey se remueve inquieto.
No encuentra el lugar correcto dónde reposar las nalgas.
Busca una espalda sobre la que depositar su ira y mira,
no de soslayo, al afortunado que como buen cristiano,
cargará con el mochuelo, correrá con la cuenta
y pagará el pato sin haberlo catado siquiera.

¡Ven aquí bufón! Ordena.

Qué suerte la mia. Se apena y asume su triste destino.
¿Soy yo responsable acaso, de que usía tenga un mal día?
Busque un médico, él le pondrá algún ungüento,
que si le ha salido un anexo en el intestino grueso...
¿Por Dios! ¿Por qué no lo sufre en silencio cómo hacemos todos?
En vez de buscar el modo de joder a otros.
Que mal de muchos es consuelo de tontos
y clavar mi cabeza en una pica,
en nada ha de aliviar a su distinguido y dolorido orificio.
Es de oficio llamar al verdugo, lo asumo,
pero no sin antes lanzar mi proclama.
Si de una almorrana hacemos cuestión de estado...
¡Dados por culo estamos!
¡He aquí que escondí un cuchillo y he de morir matando!


Y así fue cómo se instauró la república en aquel país lejano.




Caballos pesados.



Un cielo plomizo sobre los campos de trigo. Avanza por el camino despacio, con el decidido paso de quien ha nacido para tirar del carro, del trillo, del arado. Carga con aplomo, sobre el lomo, alforjas repletas de grano. Caballo pesado, viejo y cansado pero de porte aún gallardo. Músculos de acero, como los huesos, para soportar el peso del trabajo a destajo y los palos del amo. La mirada tranquila de quien no espera otra cosa de la vida que pacer sosegado rodeado de paja tras la dura jornada. Así se relaja, en la ignorancia de que su momento se acaba.
Soplan nuevos vientos amenazando tormenta. No hay peor pecado, en estos tiempos modernos, que el hacerse viejo y quedar obsoleto. No habrá para él una nueva cosecha, es estrecha la senda que lleva al olvido. Olvido del esfuerzo de aquel, que hasta su mierda aprovechan para fertilizar la tierra.
El aire se impregna de humo y olor a gas oíl. Avanza el tractor y sus ruedas de goma son ahora las que dejan huella sobre los terruños. Nunca hubo orgullo en los ojos del enorme caballo, la decepción le orada el pecho al viejo jamelgo. Sin trabajo, el obrero no es más que carne para el matadero. Así premió el amo su dedicación, billete de ida en un camión. Destino, el mazo del matarife.
Hoy el percherón ha dejado de ser el bufón del patrón. Como la díscola cabra escapó al monte. Molió al amo a coces y, por primera vez, tomó las riendas de su existencia. Quedaron en el valle las ovejas balando consignas dentro del cercado. “¡No seas bobo, ahí fuera te espera el lobo!” No les hizo caso y corrió al galope, orgulloso de haber dejado de tirar del carro, del trillo, del arado. 





Los favoritos de Dios.

Cultivaba una tierra que no me pertenecía, los designios del señor (tan inescrutables, tan insondables para la mente de un humilde siervo) habían decidido que todo aquello era propiedad del señor marques. A cambio el me proporcionaba su protección y velaba junto al señor obispo y su legión de capellanes, monjes, monjas y prelados de todo tipo, por mi virtud y por qué, si cumplo con todos sus preceptos y leyes, Dios premiara con el paraíso mi fugaz y lastimoso paso por la vida. Así discurrían los años, mis hijos crecían al igual que yo lo hice, y como yo mi padre y a su vez el suyo, así durante generaciones, en la ignorancia. Los domingos íbamos a misa donde el señor cura dándonos la espalda nos hablaba en latín, un idioma que todos desconocíamos , después en su sermón plagado de amenazas mas o menos veladas nos ordenaba respetar y obedecer a nuestro amo puesto que así lo había decidido Dios, porque todos no somos iguales ante sus ojos, porque él tiene a sus favoritos. De lo que producía, mi bien amado señor, ese a quien tanto debía, el que tanto me amaba y se preocupaba por mi y mi familia, se llevaba las tres cuartas partes, después con los impuestos de un zarpazo me dejaba prácticamente sin nada. Debía moler mi trigo en su molino y cocer mi pan en su horno, pagando un justo y razonable precio por ello claro esta. Si, trabajábamos mucho y pasábamos hambre, pero estábamos agradecidos. Contábamos con la protección del señor marques y con la bendición de la Iglesia, cuando las hordas de los infieles, esos a los que Dios no apoyaba, invadían la tierra, robaban nuestras cosechas, nos asesinaban o nos secuestraban para que en sus extraños dominios lleváramos una existencia aun mas esclava, el señor marques y sus soldados se encerraban en su castillo cerrándonos la puerta y abandonándonos a nuestra suerte. Al poco de que mi mujer muriese dando a luz a mi…no se leer ni escribir y mucho menos contar o sumar, pero creo alguien me dijo que era el noveno, llegaron los soldados y me llevaron con ellos junto a mis dos hijos mayores, apenas tuve tiempo de despedirme del resto, el que quedo al cuidado de todo apenas había dejado de ser un niño pero había aprendido todo sobre como trabajar la tierra.
Partimos a la guerra, parece ser que nuestras costumbres, nuestra identidad, estaban siendo amenazadas por nuestros malvados vecinos. Nos enfrentemos en un hermoso valle a otra turba de pobres diablos, el verde se tiño de rojo, la adrenalina que producía nuestro miedo nos empujaba hacia adelante. Acabo en apenas unas horas, ellos perdieron la batalla y yo perdí a dos hijos. Al cabo de unas semanas sitiemos el castillo de nuestro rival. El señor marques nos había dirigido bien durante la contienda desde la segura retaguardia, él y tan solo él nos había llevado a la victoria. Pacto la paz con el señor conde el cual cedió algunas tierras con sus respectivos moradores a su hermano el marques. Así al cabo de poco mas de un mes regrese al hogar que gentilmente me dejaba habitar mi señor.
Pasaban los años y mis hijos y yo languidecíamos, algunos murieron por las pestes, otros simplemente desfallecían de hambre y agotamiento. Finalmente quede solo, después llego una nueva familia y me echaron de allí, yo solo no podía llevarlo todo y en pago a una vida de dedicación a su servicio, con guerra incluida, el señor marques me expulso de mi casa. ¿Mi casa? Lo olvide por unos instantes, aquel lugar que casi había construido con mis manos, aquellas tierras que producían alimentos fruto de mi trabajo no me pertenecían, Dios se las dio al señor marques. No podía irme de allí, yo también era una propiedad, era parte de su ganado, de su patrimonio. ¿Qué podía hacer? Nadie me ofrecería trabajo ni por un trozo de pan duro, estaba condenado, moriría de hambre, pero había aprendido a empuñar un arma, jamás los señores deberían enseñar a morder a sus mascotas, pensé en lo que hasta este momento ha sido mi vida y tome la determinación, no importa que mi alma arda en el infierno eternamente, nada salvo la muerte me apartara de mi cometido.
Voy a matar al señor marques.



“Común es el sol y el viento
común ha de ser la tierra
que vuelva común al pueblo
lo que del pueblo saliera”

Nuevo Mester de Juglaría
 


El ocaso del astro rey.

Hacia mucho tiempo que había sido relegado del top ten de las listas de éxitos. Su último disco, "el pubis de Anubis", fue todo un fiasco que la critica destrozó calificándolo de inmovilista y retrogrado. Ra y su grupo "los necrófagos" vivieron tiempos mejores pero en los últimos siglos la competencia de los nuevos estilos era feroz y los había empujado a un plano secundario en la escena musical. ¡Inmovilista y retrogrado! No podía entenderlo! Pero si Yahvé su adversario de toda la vida, un solista que no había cambiado un ápice ni de estilo ni de mensaje en un par milenios, seguía contando con los mismos fans de un principio. Bien es cierto que fue siempre un segundón, pero estaba ahí, en el top ten. Desde que su primer éxito, "el pueblo elegido", cosechó una gran aceptación entre los marginados que habitaban los suburbios, gracias a los mensajes xenófobos e intransigentes cargados de odio de sus letras. Yahvé no perdía adeptos con los años, sus seguidores eran incondicionales. Desde el mediterráneo habían llegado ritmos latinos mas bailables que gustaban mucho a los Jóvenes. Júpiter cambió de nombre y de banda tras cosechar buenas ventas durante algunos siglos (realmente fue un ínfimo cambio de imagen) para pasar a llamarse "Zeus y los del monte Olimpo". Con sus letras optimistas, por poner como ejemplo uno de mayores éxitos, "vamos a la orgia de Baco a ponernos bien borrachos", podemos hacernos una idea de su carácter festivo muy alejado de los tenebrosos mensajes del antiguo ídolo del rock.
Pero algo estaba cambiando en el ámbito musical, algo inquietante. Habían nacido nuevos géneros, aunque realmente no eran mas que pequeñas variantes renovadas del estilo de su viejo enemigo Yahvé. El rock cristiano por un lado, cuyo máximo exponente fue el hijo del mismísimo Yahvé. Un solista llamado Jesucristo que arrasaba en la capital sonora mundial, Roma, para desesperación del pobre Zeus y su banda. Era un rock supuestamente blando, melódico de fácil comercialización que enganchaba a los jóvenes menos melómanos, pero cuyo mensaje oculto era mucho mas retorcido de lo que parecía a primera vista. Jesucristo fue asesinado por los fanáticos componentes del club de fans de su padre y se convirtió en todo un icono pop.
La muerte de Jesús fue el espaldarazo definitivo para aquel estilo y grupos como Pedro con su tema "yo soy la piedra angular de la Iglesia" o Juan y su "apocalipsis" (todo un bombazo heavy) vendieran long plays como rosquillas. Por otro lado en Oriente el rap visceral, cargado de odio hacia todo el resto de estilos, causaba furor al otro lado del Mediterráneo. Mahoma, bajo la tutela de "Aláh records", amenazaba con copar todos los mercados. Su primer disco "Camino de Medina" fue un éxito inesperado y su popularidad iba en aumento a medida que sus letras se radicalizaban más y más en cada nuevo disco.
Así era el panorama actual. Ra, después de casi cinco milenios en el escenario estaba apunto de arrojar la toalla, abandonado por su publico, que se había lanzado en brazos de nuevos experimentos sonoros Lo había intentado todo para reflotar su popularidad, incluso aprovechando la buena acogida que tenían últimamente los solistas, sacó un disco en solitario prescindiendo de su habitual banda bajo el nombre de Amón Ra pero tuvo escasa repercusión. Su único consuelo era ver el inexorable declive y la evidencia de un próximo final de Zeus y los suyos que ya caminaban hacia un siglo por la cuerda floja.
Y es que en el cruel negocio de la música hoy estas en lo mas alto y mañana nadie te recuerda. Lo pensó de forma cínica. - Bien, es mi fin.- y mirando las fotos de las nuevas promesas en una revista musical sentenció a continuación. - Pero a todos nos llega.





El bufón.

Su majestad el rey organizó una fiesta para celebrar la buena cosecha. Los graneros estaban llenos del trigo que los vasallos sudaron trabajando duro bajo el sol en los campos. Todos estaban allí reunidos, lo mejor de la nobleza. La sangre más azul, la más pura, las carnes más blancas y flácidas de no haber pegado jamás un palo al agua, estaba incluso un arzobispo mandado por el mismo Papa. En el banquete devoraron asado de corzo, ciervo, venado. El bosque le pertenecía con todos sus animales, al igual que la tierra y sus gentes, y se entretenía entre guerras con cacerías. Así pasaba sus días. Con el estómago inflado tras la opípara comida, el ánimo relajado por la bebida, en su trono recostado miraba bailar a los invitados. Su alteza se aburría y ordenó a viva voz llamar al bufón. 
Aparecí vestido de payaso, y en mi condición de gusano, me arrastré por toda la sala en continua reverencia ante la mirada atenta de la concurrencia, que divertida por mi apariencia, aplaudía y esperaba que mis ocurrencias les arrancaran unas carcajadas. Se reirían de mí, del bufón enano y jorobado y yo, que ni canto ni bailo ni lloro ni mamo, que tan solo me quejo un poco de vez en cuando, que mi ingenio es escaso y no tengo más gracia que mi grotesco físico; por lo que cada vez que es requerida mi presencia me veo al día siguiente colgado de una cuerda como el galgo que ya no es capaz de correr tras la liebre. 

—Diviérteme engendro. — Me ordena el ilustre dignatario y me imagino dirigiéndome al cadalso cargado de cadenas por no provocar su risa y sin inspirar ninguna pena. Les propongo a todos los presente una cuestión, en la esperanza de que se entable debate y durante el dialectico combate se olviden de mí. 
 —¿Quién alimenta a quién? — Les pregunté. —¿El rey a sus siervos porque la tierra es suya? ¿O los vasallos a su majestad porque son ellos los que de ella extraen el fruto? 
—¡Que estúpida pregunta! — Gritó un cura. —Es Dios quien a todos provee. 
—La tierra me pertenece y gracias a mi generosidad de ella puede alimentarse el pueblo. Aseguró un Marques y tanto Condes como Duques asintieron. 
—Pero... ¿qué pasaría si los labriegos dejaran de cultivarla? — Tan solo mi condición de bufón me permitía tamaña osadía al lanzar el guante con semejante descaro, pero claro... ¿Quién se toma en serio a un payaso enano y jorobado? Todos pensaban que tras todo aquello se escondía un chascarrillo, una ocurrencia divertida. El monarca me miraba burlón, que ironía; tan solo yo, el bufón, tengo el poder de hablarle así al Rey. 
—En ese caso se declararían en rebeldía y a todos ejecutaría. — Respondió al fin el que más mandaba. Todos estuvieron de acuerdo y aplaudieron. 
—Entonces nadie quedaría para segar el trigo y llenarles la panza a los gorrinos. —Mucho he arriesgado en esta ocasión, por suerte para mí, aquellos estúpidos no intuyeron mi chanza. 
—Puede que tengas razón, bufón. Entonces solo empalaría a algunos para dar ejemplo. No se puede negar la ley de Dios, y él dispuso a cada cual en lo suyo y la obligación de esos patanes, incultos y haraganes, es el trabajo en el campo, pagar sus impuestos y rendir pleitesía a sus señores, que son los emprendedores, los que crean empleo. ¿A dónde quieres llegar con todo esto, engendro? No me diviertes, tu vida pende de un hilo. 
 —He pensado, que dándoles la libertad y negándoles el trabajo, serían más flexibles, más competitivos, más esclavos, en definitiva, pero felices en el engaño. 
—¿Qué sería del rebaño sin su pastor? 
—La lógica del arzobispo deja mucho que desear, pero no esperaba menos de su ilustrísima. 
—Es una ocurrencia graciosa. — Se rio el monarca y el prelado no se atrevió a amenazarme, pensando que yo contaba con la aprobación de su majestad. —Libres para elegir a su señor, — Continuó. — competir entre ellos por las migajas, creo que entiendo el concepto. La ley de la oferta y la demanda, mucha mano de obra, poco trabajo. El asalariado se sentirá afortunado por ser un esclavo, trabajará a destajo y producirá como dos, temerá perder sus cadenas y, en definitiva; me saldrá más barato. 
—Pero la libertad es un concepto peligroso, creerán que merecen tener derechos. El que habló era el hermano del Rey, el señor Duque, capitán general de los ejércitos represores. 
—¿Y de que les servirán esos derechos si están cargados de deudas? — Le rebatí. —Pagar por todo, casa, ropa, comida. No les llegará con su mísero jornal, así que crearemos el crédito. 
—La usura es una aberración a los ojos de Dios, solo a los infieles; moros y judíos, les está permitida. 
—Es en lo único en lo que os daré la razón. — Continúe mi exposición. —Ahora tenemos a un pueblo sumiso, que se nos enferma un gañan…pues lo cambiamos por otro. Los tendremos haciendo cola, ansiosos por que les calcemos bozal y correa. ¿Para qué dar de comer a un animal enfermo? 
 —Me estoy pensando si hacerte ministro, engendro. — Todos rieron y se regocijaron con la gracia del Rey. —Pero olvidas una cosa, bufón. Yo soy quien ordena y manda, también sobre todos estos lameculos que me rodean. — Los presentes agacharon temerosos la cabeza. —Cualquiera de ellos podría pretender arrebatarme el puesto. 
—Para eso están los lobbies, el libre mercado no es más que una falacia. Todo lo controlará usía desde la sombra, y si alguien se mosquea y hay una revuelta, será la cabeza de otro la que ruede sobre la palestra. 
—Hoy me he reído contigo bufón, con tu retorica absurda. — El rey me arrojó una moneda que alcancé al vuelo, como un perro recoge el palo que le lanza su dueño. —Tu razonamiento es tan retorcido que me resulta incluso atractivo, pero no tengo tan poco corazón para llevar a término una idea tan cruel y miserable. Pienso que es más piadoso seguir empalando en la plaza a los alborotadores descontentos, que ver a mi pueblo devorarse entre ellos. — Se rio complacido antes de retirarse a sus aposentos, no sin antes girarse y mirándome me dijo: —Lo hiciste bien, hoy salvaste de nuevo el cuello.





Feliz navidad y todo eso.

¿Y que narices digo? ¿Contra quien arremeto? Hablar de política es aburrido, coño claro…Si estamos en esas fechas tan entrañables, acabo de recordarlo porque tengo vacaciones.
Llego la navidad, navidad, navidad, hacia Belén va una burra y quede claro no soy yo. Como cada vez que se acerca el fin de un ciclo solar (espero que los mayas, o en su defecto los anormales que han interpretado su supuesto calendario, queden en ridículo) nos atiborraremos (el que pueda claro, mi solidaridad con los mas necesitados, por supuesto hablo de los bancos) ya sin mas rodeos iré al tema que nos ocupa. ¿De que coño estaba hablando? A si, de dietas futuras, unos pocos días de desenfreno gastronómico (y gastroenteritico a la postre, gran culpa de ello se debe precisamente a eso, a los postres) para hipotecarnos el resto del año en dietas espartanas a base de alcachofas y apio. Toda la familia reunida ante las viandas, salivando en espera de que el anfitrión de el disparo de salida, y…¡PAM! allá vamos todos a la vorágine devoradora como si el mundo se acabase en breve (echemos le la culpa de ello a los mayas que este año es tema recurrente) Un par de horas de descanso para que bajen los gambones y turrones y a por el segundo asalto. De sintonía la musiquilla de villancicos con letras absurdas y el soniquete de los vasos al chocar durante los brindis cada vez mas ininteligibles debido al exceso etílico. Todo son buenos deseos y felicitaciones hasta que te das la vuelta o te acercas a la cocina a ver si ha sobrado algo, momento que aprovechan para despellejarte vivo esos mismos que hace un rato te sonreían. Ya me he enrollado demasiado en esto que no nos lleva a ningún lado. Felices vacaciones a quien las tenga, os deseo que los reyes os traigan bicarbonato y sal de frutas en cantidades industriales.



Belleza interior.
Algunas personas no se dejan impresionar por los estereotipos y los cánones pre establecidos por las modas del momento. El atractivo no es mas que la fachada, el escaparate con el que nos presentamos a los ojos de los demás. Pero Jack era capaz de ver mucho mas allá del envoltorio y no se dejaba impresionar por papel de embalar adornado con bonitos lazos si el interior no albergaba algo mas que superficialidad anodina.
Por diferentes motivos ambos necesitaban compañía y el destino quiso que Jack y Catherine se encontraran. Él un distinguido caballero de finos modales, inteligente, elegante, educado. Ella por el contrario era vulgar, de una extracción social baja y una educación recibida en la calle. Pero eso a Jack no le importaba, desde que sus ojos se cruzaron con los de ella sabia que aquella mujer sucia y menuda a la que la vida había maltratado tenia mucho que darle, mucho que compartir. Pasearon hasta bien entrada la madrugada, hablando de todo y nada, Jack estaba fascinado por espontaneidad de ella, por aquella mezcla de ingenuidad y malicia tan propias del pueblo llano.
Pasaron la noche juntos, aún no había amanecido cuando Jack recogía sus cosas, las guardaba con cuidado en su pequeño maletín. Se giro, Catherine continuaba tumbada en la cama y lo miraba con sus enormes ojos en los que se había grabado una pregunta. ¿Por qué? Sobre el lecho se esparcía sanguinolenta toda su belleza interior. Jack atravesó la puerta y abandono sin prisas la pequeña buhardilla en la que había compartido su pasión, en donde Catherine le había mostrado su alma, su yo mas oculto.
Hay personas que ven mucho mas allá de la superficialidad y Jack es uno de esos pocos.


 



Nacionalismos de mierda.

¿En que se basa el nacionalismo? La idea primordial es intentar hacerte creer que el hecho de haber nacido en un lugar determinado te hace “superior” a los que lo hicieron en otras zonas. Que tu folclore, o tradiciones o señas identitarias o como lo queráis llamar, son mejores que las de los demás. Que la gastronomía “típica”, por poner un ejemplo, no es consecuencia de limitaciones geográficas y condiciones medio ambientales, (Sería poco probable que en una zona interior sin acceso al mar los platos “típicos” se basaran en el besugo o los calamares, o en el desierto de fruta y hortalizas.) Si no que lo es porque las papilas gustativas de los nativos son más exquisitas que las de los foráneos. La tradición justifica el involucionismo y se nutre de una historia adecuadamente adulterada al gusto de los fines que pretendan alcanzar los iluminados de turno, que siempre son los mismos, (hacerse con el poder), si es necesario por la fuerza.
Habría que empezar a pensar que un instrumento de comunicación, como es un idioma,  no es mas que un código que permite el entendimiento con otros seres humanos. Pero lo convierten en un dogma sagrado e intocable que te condena a todo lo contrario para lo que fue creado, a la incomunicación con los que no son de tu “grupo”.
Renunciar a tus “raíces” te convierte en un traidor, un ser despreciable que da la espalda a los suyos. ¿Pero qué se esconde realmente tras los nacionalismos? No es difícil dilucidarlo a poco que se preste algo de atención. Las banderitas y demás trapos de colores delimitan fronteras, que no son otra cosa que cercados en los que se te encierra. Eres un siervo de la gleba y perteneces a la tierra y la tierra es de unos pocos privilegiados. Les rendirás tributo (impuestos claro está), te movilizarán para la guerra si sus intereses así lo requieren, ( un soldado convencido por una causa está dispuesto a morir por ella, un mercenario jamás la hará gustoso por dinero). En definidas cuentas, aunque trabajes para una empresa alemana, ingresen tu nómina en un banco francés, hagas tus compras en supermercados italianos o comas en restaurantes americanos, no te engañes, no eres un ciudadano del mundo, eres un mierdecilla propiedad de los nuevos nobles.
Sería bueno poder echar la vista atrás para darnos cuenta de cuales son nuestros verdaderos orígenes. Somos descendientes de esclavos, de siervos, de agricultores sin tierra, de proletarios explotados. ¿Son esas las raíces de las que debo sentirme orgulloso? Ciertamente yo si me siento orgulloso de mis antepasados que lucharon por los derechos, que los ancestros de estos “nacionalistas” de hoy, les negaban. Cada cual es libre de rendir pleitesía a la bandera que mas le convenga, eso es algo que los poderosos siempre han tenido claro, pero a nosotros nos encierran en nuestras reducidas patrias, orgullosos de ser mejores esclavos que nuestros vecinos.



Es de engreídos creernos los elegidos.
Estando en la cama con la única compañía de microbios, infecciones y la tele, dándole un último adiós a la muela del juicio, entre estornudos, mocos, toses y estupros, decidí para entretenerme jugar a ser Dios. Es así como di nombre y apellidos a cada uno de los bacilos, limitaría su libre albedrio, los premiaría o castigaría según se portasen en la vida. Francamente ser Dios es muy aburrido. ¿A quien puede importarle la existencia de unos seres tan insignificantes que no hacen otra cosa que joder y multiplicarse? La fiebre me fue en aumento, mi cuerpo es su mundo, su templo y lo están destruyendo. Encolerizado les mande las siete plagas en forma de analgésicos, anti inflamatorios, antibióticos y antigripales. Ahora que me siento recuperado lo mejor será seguir viendo la tele, es una suerte que Dios no exista, pues si el mundo es su cuerpo, su templo, nosotros…Mejor ni lo pienso.



Demasiado viejo para el rock and roll, demasiado joven para morir.
Que hermosos aunque vagos recuerdos, con sus lagunas mentales causadas por los coma etílicos, un hígado en plena forma y un tupido flequillo. Es curioso pero siempre hay un motivo por lo que uno olvida lo mejor de la vida. De bebe por ejemplo no lo recuerdas por pequeño, pero tu única ocupación era chupar teta, dormir y hacértelo todo encima para que tus progenitores con una sonrisa en los labios te limpiaran la mierda. Que buenos tiempos aquellos, pero luego crecemos, nos pasan por la criba educativa, nos adoctrinan hasta que al fin llega la adolescencia, la rebeldía. Eliges a tu grupo y clamas al cielo que no doblaras mas la rodilla, te salen granos y admiras con orgullo como tu cuerpo se puebla de molestos pelos. Las hormonas se disparan y abrazas el manido lema del sexo, drogas y rock and roll. Ah, santa inocencia, no te comes un rosco, no ligas ni por pena, los maderos te confiscan la costura y en ese concierto que tanto ansiabas ver, que durante semanas esperaste con impaciencia, cuya entrada reuniste haciendo trabajos domésticos y lamiéndole el culo al viejo, apenas acaba de empezar y una botella que volaba por los aires perdida decide aterrizar en tu cabeza, te despiertas en la uvi de mala uva. Ahora ya eres todo un hombre, ya cumpliste tu deuda con la patria, después de perder todo un año limpiando letrinas, arrestado por el día y chupando absurdas guardias por la noche, vigilias con las que pretendían doblegar tu espíritu. Es el momento de ser útil a la sociedad, es la hora de buscar un trabajo y entrar en el circulo vicioso del consumo. Una chupa de cuero con tu primer sueldo, unas botas camperas y una buena piedra. Acabar la jornada laboral y reunirte con la tribu, pero ya hubieron las primeras deserciones, ya llego el ciclo reproductivo. Tiempo de sentar la cabeza, de cortarse el pelo, de cambiar pañales y pagar hipoteca. Pero tú sigues ahí, indolente, orgulloso de tu síndrome de Peter Pan. Te levantas con resaca, no recuerdas nada, debiste pasarlo fantástico anoche, de no ser así tampoco importa, debe ser cosa de la memoria selectiva. Por fin abandonas la cama y de nuevo en el bar te refrescan las ideas. –Eso no es cierto, no pude haberlo hecho.-Pero si, todos lo ratifican, lo hiciste, bendita memoria selectiva. Pero, qué mas da. Aun eres joven, aun un bala perdida con un sentido del ridículo bajo mínimos. ¿O no? Mierdas, como pasa el tiempo. ¿Cómo llegue a esto? Pase de los cuarenta, el bar ahora lo regentan unos chinos y por las noches en los garitos me encuentro con mis sobrinos. ¿Dónde ha ido a parar mi pelo, mi frondoso flequillo? Me quede solo, todos mis amigos tienen sus familias, como dice José Carlos Molina, “ellos se van a guateques al cine y a misa, todo mi tiempo gastado en la misma taberna”.
Un trabajo de mierda, y para colmo te dicen que debes estar agradecido por mantenerlo, de ocupa en casa de unos ancianos, sin mujer, sin familia, sin deudas, sin hipoteca. Ja jaja, puedo gastar mi tiempo donde quiera, reírme del jefe cuando me pide haga horas extras, atormentar a los vecinos con música estridente pasada de moda, echar un polvo de vez en cuando, de los que sientan mejor por ser escasos. Es posible que sea demasiado viejo para el rock and roll, pero esta claro que aun me queda mucho para morir.


 
Regreso a la sopa boba.
En estos tiempos de crisis donde existen bancos buenos y malos, los "buenos", los de siempre, los "malos" esos donde acaba durmiendo la gente. No busques la ayuda de los ricos, mucho menos la de las cajas y sus "obras sociales", si hasta te cierran en invierno las puertas del cajero para que no duerman dentro los desgraciados pordioseros. Si quieres solidaridad búscala en el que menos tiene, del que no vale nada. De bien seguro compartirá contigo aunque solo sea su tetra brick de don Simón.



Mecagoenlapuñeteramadre que pario al Bill Gates.
Se fue la luz, te falta el aire dentro de tu burbuja, algo te oprime el pecho y notas como se humedecen tus ojos. Pobre infeliz, recorres páginas y más páginas igual que un pordiosero hace su rutinario itinerario por los contenedores. ¿Por qué buscas afecto entre basura? ¿Has perdido el juicio acaso? Que ridículo te ves ahí sentado tecleando memeces, mendigando compañía, tricotando fantasías, confeccionando personalidades tan ridículas como falsas. ¡UUUUUH! ¡Que miedoooo! La vida es horrible, entre tus cuatro paredes se sientes a salvo. Rezas tus oraciones a la sacrosanta red. ¿Red o telaraña? Ya no disciernes lo real de lo virtual, comes, cagas, meas sin separarte de la pantalla del pc. Trabajas, pagas tus facturas, haces tus compras y distraes tus apetencias sexuales. Jajajajaja, has evolucionado hasta alcanzar la perfección, eres autosuficiente ya no necesitas del mundo exterior. Alcanzaste el grado de “Homo-aséptico”, no precisas del contacto físico con otros seres humanos. Enhorabuena yonky tecnológico. La electricidad ha regresado, solo fueron unos minutos pero has pasado un infierno. Te abalanzas sobre el puñetero chisme y recuperas el aliento junto con la conexión. Ya paso, tranquilo, no fue nada. Yo me largo al bar.


 
Frio etílico.
Esta es la noche, dedicaste cerca de dos horas en acicalar tu plumaje, bajo la ducha te restregaste cada recoveco del cuerpo, quizás un estropajo hubiese sido mas efectivo que una simple esponja pero no importa, quedaste libre de mugre, bien exfoliado y con un agradable aroma a gel. Un buen rasurado y tu cara quedo suave como el culito de un niño, loción de afeitado y desodorante para mantener callados a esos sobacos con tendencias de tenor. Menuda mezcla de olores, hasta con un catarro de órdago seria fácil seguir tu rastro. Registraste el armario con detenimiento en busca de tus mejores sayos, en eso no empleaste demasiado tiempo tu guardarropa es muy limitado y tu mayor duda fue elegir el color de los tejanos. Ahora es el momento de localizar unos calcetines que pasen el control de sanidad, hubo suerte, bajo la cama encontraste un par que se ocultaban, los olfateaste y diste el visto bueno. Bien muchacho estás a punto, subiste el listón a nivel plusmarquista, caerán rendidas a tus pies y no será culpa de tu aliento, te cepillaste bien los dientes y te enjuagaste la boca con esa cosa de sabor a eucalipto. Ya estás listo, la noche te espera con las piernas abiertas. Primera parada en el bar de costumbre donde parte del rebaño ya espera, no tardan en aparecer el resto. Unas cuantas cervezas para tonificar el cuerpo y enardecer el espíritu, ahora toca llenar el estomago para tener fuerzas durante la batalla que se avecina. Chuletones, entrecots, grasa de todo tipo para mantener el colesterol entretenido, mas cerveza, vino, carajillo y chupitos. Ufff, unas flatulencias no te joderán la velada, hora de soltar lastre, sales satisfecho del lavabo y te cruzas con un desdichado al que se nota le apura la necesidad, que le aproveche, dejaste un ambientador que no soportarían ni las moscas, piensas en el pobre infeliz y sonríes. Llego el momento de dirigirse a la gran urbe, al coto de caza donde esperan impacientes vuestras presas, pero primero depositar en casa a la primera baja, dejo la calle perdida el cretino, que desperdicio de cena.
Segundo contratiempo. ¿Quién coje el coche? Vale, desplazarse en autobús no es muy glamuroso pero hacerlo en un Ford fiesta tampoco es la mejor forma de promocionar estatus. ¿Dónde vamos? Se admiten sugerencias. Ahí es cuando alguien pronuncia la típica frase: “conozco un local donde van un montón de tías”. ¿Es que no escarmentareis nunca? ¿Cuántas veces os han salido con el mismo sainete y resulto ser un campo nabos? No importa, el ardor “birrero” os conducirá irremediablemente al susodicho garito. Aparte de las camareras no hay ni Dios, y eso que se supone que esta en todas partes. Quizás aún sea demasiado pronto así que os pedís unos pelotazos en espera de que mejore el ambiente. La cosa no mejora por lo que decides adentrarte en terreno prohibido, intentas ligar con la camarera. Desde un rincón un fulano de dos por cuatro no os quita el ojo de encima. Segunda baja, no se que le diría a aquel tipo pero no se lo tomo a bien, resulto ser el gorila y se notaba había bajado del árbol no hacia demasiado. Metisteis al compañero en un taxi con el ojo hinchado, menudo guantazo se llevo. ¿Qué os pongo? Pregunto la camarera.-La polla tiesa.-A ti te pareció graciosa la ocurrencia, lastima que a ella no. Como resultado: altercado y ojo morado. Ya no queda mas remedio, os dirigís a la discoteca de moda, el portero os da un repaso de arriba abajo y como si de un acto de caridad se tratara os permite pasar por caja. Ya sabes como se sintió Jesucristo cuando lo clavaron, igual que tú después de pagar la entrada. Entra una consumición con el puñetero ticket, que generosidad, alcohol de garrafón y aforo ilimitado. ¿Cómo cojones se llega a la barra sin emplear un arma? Lo conseguiste, al cabo de veinte minutos alcanzaste la barra, tres cuartos de hora mas tarde te hiciste visible y la camarera te sirvió por fin tu cubata. Ahora a disfrutar de las vistas, la música es repugnante, tanto grave te relaja el esfínter, los lavabos del lugar no son aconsejables, parece que puedes ver los herpes correteando por la taza. Apuntas haciendo equilibrios sin el mas mínimo contacto físico con la porcelana. Ahí queda eso cabrones, un regalo de buen rollo por el trato exquisito recibido. Has perdido al resto del grupo pero te trae sin cuidado, no los necesitas, es el momento de la caza. Lo primero, buscar un punto de apoyo, que aunque no tengas intención de mover el mundo te sirve para mantener el equilibrio (demasiado alcohol en sangre ) Bien, ya te has situado, tu espalda contra la barra y los codos apoyados en ella, en la diestra sostienes tu bebida, mirada de tigre y pierna izquierda cruzada sobre la derecha, toda una pose estándar de borracho de mierda, con todo tu te sientes un triunfador. Oteas a tus presas, hay un montón de ellas danzando en la pista pero tu eres muy macho y los hombres no bailan. Pasan las horas y solo te mueves de ahí para restablecer el suministro etílico, el lugar esta casi vacío, de tus colegas ni rastro, te dejaron tirado. El listón ahora tan solo es una raya de tiza manchando el suelo, estas muy borracho y cualquier adefesio será bien recibido. Alrededor de las pocas mujeres ebrias que quedan se agolpan multitud de buitres, no tienes ganas de competir, solo de vomitar. La noche ha concluido, se encienden las luces y un mastodonte te invita amablemente por medio de empujones a abandonar la sala. La cabeza apoyada contra un árbol y el estomago se te escapa por la boca, estas cao y no eres capaz de reaccionar cuando un puto moro se acerca y te roba la cartera. No te sientes con fuerzas ni para insultarlo, te desplomas, es hora de dormir la mona, cuando despiertes ya pensaras en como cojones regresas a casa.





¿Quién tiene la culpa de todo?
Que manía con buscar culpables, con exigir responsabilidades al sistema. Reconozcamos que el capitalismo funciona, solo los catetos ignorantes pueden albergar dudas, el mercado se autorregula por si mismo para beneficio de nosotros los consumidores. ¿Qué es eso de que el pez grande se come al chico? Que si las multinacionales hacen el papel de tiburones, que si los bancos son unos estafadores, ya esta bien de tanto llorar, no creáis a esos que intentan convenceros de lo contrario, el mundo global es el país de jauja, un universo sin fisuras, todo bajo control y cada cual en el lugar que le corresponde. Claro que si no nos gusta siempre tenemos la opción de cambiarlo cada cuatro años. Alabemos a la Sacro santa democracia, a la “dictadura de la mayoría” que nos librara de todo mal, nuestros representantes electos velaran por los intereses de los mas numerosos. Que curioso, los “mas” son esos que cada vez son mas pobres, los que echan de sus casas por no pagar la hipoteca, (cretinos que intentaron vivir por encima de sus posibilidades.) Los que antes se beneficiaban de la generosidad de los empresarios que les daban trabajo ahora despotrican en la cola del paro. (¡Que país de vagos, de parásitos desagradecidos, que sean competitivos como los chinos verán como no les falta curro.)¿Qué las empresas se aprovechan de la crisis para abaratar sueldos y explotar a los obreros cada vez con mas descaro? Menuda tontería, el patrón es un alma de cántaro, pero si con todo no estáis satisfechos con su buen hacer y mejor voluntad id a quejaros a los sindicatos, haran una comisión de seguimiento y llegueran a un acuerdo durante una opípara cena, luego una visita al burdel doña Lolita y donde dije digo digo Diego o mejor ya ni me acuerdo. Por favooor, seamos serios. Existe una palabra mágica para contrarrestar todo este tipo de calumnias infundadas, una que parece salida de la mismísima garganta de Mary Poppins. Que si repartir mas equitativamente la riqueza…¡DEMAGOGIA! Que si la vivienda es un derecho reflejado en la constitución y debe regularizarse para que este al alcance de todos…¡DEMAGOGIA! Que los ricos deben pagar mas impuestos…¡DEMAGOGIA! Que si bancos y cajas han de devolver lo estafado…¡DEMAGOGIA! Educación y sanidad gratuita…¡DEMAGOGIA! Que si los políticos deberían velar por el interés de los ciudadanos y no solo por el de sus bolsillos…¡DEMAGOGIA! Esta claro que toda la culpa es nuestra, por no ser emprendedores, por nuestra falta de iniciativa, por dormirnos en los laureles. El éxito esta al alcance de todo aquel que quiera estirar la mano, todos tenemos las mismas oportunidades y si alguien lo rebate, eso es…¡DEMAGOGIA! Pero si tanto nos hacen falta culpables para descargar nuestra frustración busquemos un chivo expiatorio, una cabeza de turco políticamente correcta, ante todo que no puedan tacharnos de racistas, xenófobos o cualquier otra chorrada.


Dar al cerdo lo que es del cerdo.
Siempre nos tocara perder, eso esta claro, pero no nos resignaremos como borregos. Somos los descendientes de los esclavos, de los siervos de la gleba. Mas adelante nos reconvirtieron en agricultores sin tierra para pasar a posteriori a proletarios sin derechos. Mares de sangre han corrido a lo largo de la historia con la que se han construido las civilizaciones, la sangre de los que no disponían de otra cosa que sus manos como herramienta. ¿Creéis que ahora sois libres? Cierto que nada os ata a vuestros trabajos salvo las necesidades de tener que comer y vestir, resumiendo, de vivir. Dependemos de nuestros nuevos señores que como siempre pretenden hacernos creer que son ellos los que mueven el mundo, nos tutelan, nos manipulan, somos los nuevos siervos de la gleba. España llego a tener la democracia mas avanzada y relativamente justa de el viejo continente con la segunda republica (y no exagero) El hecho de que el resto los gobiernos seudo fascistas (“modernos estados capitalistas”) de Europa nos abandonaran en manos de unos criminales retrógrados así lo demuestra. Los logros sociales que arañaron a sus opresores nuestros abuelos a base de dar hostias y recibir muchas mas a cambio, en un trueque injusto desproporcionado y cruel, los consiguieron porque tenían conciencia de quienes eran y quien su enemigo y porque eran muchos mas, siempre son legión los pobres en el mundo. La ceguera de las democracias a la vieja usanza (solo tenían representación en sus parlamentos los poderosos) los llevo a la segunda guerra mundial y una vez mas los humildes dieron sus vidas en defensa de la ¿libertad? y una mierda. Los que sobrevivieron a semejante horror regresaron a sus hogares y los encontraron arrasados, un pueblo hambriento sin nada que perder es proclive al alzamiento y si ya ha probado la sangre y saben luchar es temible. Por si fuera poco a las puertas estaba la esperanza comunista (un nuevo fraude miserable) pero era el clavo ardiendo al que agarrarse. Los don nadie habían dado mucho en la guerra, gran parte de ellos la vida (ni siquiera eso nos pertenece) creían con razón que merecían una compensación de aquellos que los mandaron al matadero. El capitalismo tuvo miedo y cedió a regañadientes. Hace un par de décadas que su único enemigo murió por desnutrición y el capital nos ha vuelto a perder el respeto, campa a sus anchas despreciando todo lo que no sea un rápido y amplio margen de beneficio. Nos hemos convertido en consumidores, una nueva forma de esclavismo, si gastas estas dentro, de lo contrario te quedas fuera. Todo lo que consiguieron nuestros predecesores en décadas se esta perdiendo en menos de un lustro. La democracia no representa a la mayoría solo hay que fijarse que en todas las elecciones sus programas se basan en mejorar siempre los mismos puntos puesto que nunca arreglan nada, al contrario, cada vez la “mayoría” estamos peor. Vemos atónitos como los responsables de sumirnos en la miseria se van de rositas y a las victimas se las criminaliza. Las leyes no nos amparan por totalmente injustas. Las asociaciones sindicales otrora combativas, ilegales y sinceras ahora son corruptas y serviles al poder. ¿Qué opción nos dejan? Hoy a la huelga, pero si los cerdos no vuelven a tenernos miedo no dejaremos de retroceder hasta acabar tragándonos el orgullo y aceptando resignados su yugo, su látigo. Aclarar que, claro esta, todo esto no es mas que demagogia salida de la cabeza de un analfabeto anti demócrata. Un saludo a todo aquel que haya llegado al final del discursillo.
Salud.


Cualquier tiempo pasado fue mejor.



Qué afirmación más acertada. ¡Dónde vamos a parar! Comparar los días que nos ha tocado vivir con los ya pasados buenos tiempos. Aquellos en los que éramos competitivos y todos teníamos trabajo. (Salvo, agitadores y maleantes y para ellos se creó la ley de vagos con excelentes resultados.) Pero empecemos a pedir "derechos" a creernos mejores de lo que realmente somos. ¡Bah! Antes si sabían ponernos derechos. ¡Tiesos como palos!
Menos mal que por fin parece que vamos entrando en razón y hemos puesto el timón en las manos adecuadas. Zarpamos rumbo hacia un nuevo amanecer. (Bueno, un segundo nuevo amanecer.) No hay mejor receta contra la crisis que los remedios de siempre, los de toda la vida. Si te sientes decaído te vas el domingo a misa comulgas una hostia, y si te sabe a poco siempre puedes quejarte a la policía, que gustosos te repartirán unas pocas más. Ahora recemos unos padre nuestros y varios ave Marías y roguemos al buen Dios que vele por la salud de nuestro nuevo y bien amado "generalísimo". Por que nuestro caudillo nos dirija con mano firme y no deje de lamerle el culo, como no hace tanto en la distancia, a los putos alemanes.
Amen.

Y ahora un bonito video ilustrativo de como deben de seguir siendo las cosas.

Sicarios del hambre.
Que malo es el hambre, que humillante la miseria. Naciste en el lugar equivocado, en el lado que da la espalda a la fortuna. Te sientes como un animal para los restos, trabajar duro por nada hasta que ni tus manos ni tu espalda te respondan. Entonces te ofrecen lo que parece un buen trato, comida, alojamiento y un bonito uniforme de vivos colores, una buena paga con la que beber e irte de fulanas. La oportunidad de ver mundo, de conocer otras gentes, de matarlas. El momento de desahógarte ha llegado, alguien ha de pagar por todas tus frustraciones con su vida, que importa que sea otro mierda al que, al igual que a ti, el mundo ha engañado.
Rodeado de muerte te preguntas ahora cuanto vale tu vida, ya ni ella te pertenece. Te compadeces, te arrepientes pero ya es demasiado tarde. Que malo es el hambre, que humillante la miseria, no hay gloria en la batalla. Recibirás la bala que otro merece, otro que esta ausente a salvo en casa.
De pobreza se nutren los ejércitos, los miserables son el tributo de la guerra. Comida alojamiento y en navidad paga doble, un bonito uniforme y entierro con todos los honores.
¿Cuánto vale tu vida pamplinas?
Simples alegorías.
Como en la escala social soy un cero a la izquierda es normal que mis ideas sean tan rojas como la sangre que desde ese lado bombea el corazón. Y es que si te sales del renglón recibes un bofetón con la mano abierta. Si con esa; con la diestra, con la derecha que ordena y manda con el beneplácito de Dios. Es la línea “recta” la mas corta como la vara de medir ha de ser larga, que si no no alcanza a golpear a quien desequilibra la balanza. Hoy en día, en estos tiempos modernos y democráticos al igual que antaño, tienen mas valor las finanzas que la vida humana. Bien aventurado el que tenga trabajo pues de él será el reino de la precariedad laboral. A pocos centímetros amenazando con la exclusión social el abismo del paro. ¿Dónde esta la diferencia con aquellos siervos de la gleba que pertenecían a la tierra y esta al señor gorrón, perdón, Varón? Robar a los pobres para darlo a los ricos que por eso lo son, y aunque parezca mentira, exprimiendo al que no tiene siempre se extrae suficiente sudor para que no falte el bogavante en la mesa del sacrificado emprendedor con cuya iniciativa e imaginación se crean puestos de trabajo donde explotar al peón. Como bien dice el patrón “todos vamos en el mismo barco” pero, independientemente de quien maneje el timón, tú lugar esta encadenado a los remos y si la nave se hunde, por mucho que la idea no te guste, te iras al fondo con ella. -¡Las ratas y los cerdos primero!- Escuchas gritan arriba, para ti no hay botes ni salvavidas, es el fin. Déjate de nacionalismos y milongas, nacer en un sitio u otro no te hace mejor que el resto, quizás si mas afortunado por caer en suerte en un lugar menos malo. Pero esto debes tenerlo claro, si estas mejor no es gracias a la generosidad de los poderosos si no al valor de los ceros a la izquierda que te precedieron y plantaron cara al cerdo.



Un itinerario alternativo.



No se veía un alma por la calle, había empleado más tiempo de la cuenta en arreglarse y ahora la tocaba correr. Para ahorrarse unos minutos del trayecto eligió una ruta diferente a la habitual, más rápida, si, pero solitaria y mal iluminada. Las cinco y media pasadas de la madrugada, se maldijo a si misma por su estupidez. Levantarse con más de hora y media de anticipación para ducharse y maquillarse. Salió de casa hecha un pincel y todo eso solo para que el jefe de la sección de perecederos se fijase en ella. Se ha de ser muy idiota, pensó, si lo primero que haría al llegar sería ponerse el feo uniforme con su delantal y su gorro de plástico, ocultando el pelo que tanto le había costado peinar. Tan enfrascada estaba en sus meditaciones que no reparó en las dos figuras que doblaron la esquina unos pocos metros enfrente de ella. Tan solo una destartalada farola alumbraba toda la calle con una luz mortecina y estaba justo a medio camino entre la muchacha y los dos transeúntes. El sonido de sus tacones al andar era lo único audible en la callejuela, “tac,tac,tac”, poco a poco, la distancia con la farola era menor. Fue entonces cuando un extraño sonido la alertó. Se fijó en las dos figuras que se acercaban muy lentamente. Se movían de forma extraña, uno se tambaleaba de lado con la cabeza agachada , arqueando el torso y con los brazos colgando hacia adelante, mientras que el segundo se inclinaba hacia la derecha dando la impresión de que perdería el equilibrio en cualquier momento.
Pensó en cambiar de acera para no cruzarse con ellos pero lo reconsideró, aquel par de individuos no iban a intimidarla, no tardó en darse cuenta de su error. Ahora la farola los iluminaba perfectamente y pudo verlos con más detalle. El que se inclinaba a la derecha tenía una expresión realmente aterradora. Comenzó a levantar el brazo lentamente hasta señalarla con el dedo al tiempo que emitía lo que parecía un quejido, en ese momento el otro alzó la cabeza y la miró. Tenía unos ojos vidriosos carentes de vida que parecían brillar al reflejo del farol; su mandíbula estaba desencajada y de la comisura de los labios colgaba lo que parecía una especie de coágulo rojizo. Un nuevo aullido ininteligible salió de la garganta del que la señalaba.
- ¿Por qué tuve que ponerme estos zapatos de tacón? Maldita sea, solo es un trabajo de mierda y el jefecillo ni siquiera es guapo. ¿En que narices estaría pensando? -  Así pues, dejó el valor para otra ocasión, de sendos puntapiés arrojó los zapatos y hechó a correr como alma que lleva el diablo.

Hija puta, tan solo le he pedido un cigarro. Como única respuesta se escuchó una sonora arcada.
– Estoy mu malo, los callos con garbanzos me han sentado fatal.
- Ya, y claro, la ginebra no ha tenido nada que ver. - Apoyando ambas manos en la farola soltó una nueva y abundante vomitada.
- Me largo a casa, no puedo más.
- No me seas maricona, aquí cerca hay un garito. Echamos la última mientras le vemos las tetas a la camarera.
- ¡Buaaarrrrurggg!
- Joder no se como aun te queda algo ahí dentro.

(Nota de autor: La conversación entre los dos personajes ha sido traducida del borracho-castellano, castellano borracho, para una mejor comprensión del lector.)




Vayamos por partes.



Los rayos no se adentraban en la habitación a través de los cristales iluminando y dando calor. Tampoco se escuchaban los alegres trinos de los pájaros que anidaban en los arboles del jardín, y todo esto no pasaba mas que otra cosa porque eran las cinco de la mañana de un mes de enero. Hace un frio terrible y el único canto que escucho desde mi agujero de 45 metros cuadrados , obviamente sin jardín, es el del odioso despertador empecinado día tras día en arrancarme de los calurosos y gentiles brazos de Morfeo para arrojarme a la tediosa realidad del mundo laboral. No se porque en ese momento me vino a la mente uno de esos anuncios en los que una familia se reúne feliz para desayunar unos asquerosos cereales, después el la besa, abraza a sus vástagos y se larga a la oficina con una sonrisa en los labios. Ella por su parte lleva a los cachorros al colegio, que por cierto siempre van por parejas niño-niña, y después se va a zorronear por ahí o a saber que ,ya que en ese momento le toca aparecer en pantalla a un imbécil que te asegura la felicidad si te comes determinado yogurt. El caso es que no se si es por el recuerdo de la familia babas o por el del yogur pero me han entrado ganas de cagar. Las cinco y cuarto, aun tengo tiempo.
Las cinco y media y soy incapaz de levantar el culo de la taza, es increíble en lo que se han convertido los langostinos de anoche. Recuerdo de pequeño cuando pasábamos el verano en el pueblo en casa de los abuelos, que estos tenían un remedio infalible para este tipo de contratiempos. Dentro de una botella (nunca comprendí como lo podían meter allí) tenían un pepino macerando en aguardiente. Las propiedades curativas que la hortaliza proporcionaba al licor eran la panacea a todos los males, puesto que lo mismo aliviaba una gastroenteritis como un
dolor de muelas.
Bueno a falta de pan...creo que en algún lugar guardo una botella de anís del mono.
El néctar de Badalona parece haber hecho efecto y ya casi puedo caminar medio erguido sin venirme por las patas abajo, tengo 25 minutos para vestirme y llegar al trabajo, lo cual es una hazaña imposible, casi tanto como encontrar unos calcetines que pasen el control de sanidad. Misión cumplida debajo de la cama se escondían un par que no apestan demasiado. El resto de la ropa continua en el mismo lugar donde la tire anoche.
El "cerdo hijo de puta"
me mira por encima de las gafas haciendo una mueca de desagrado que le da un aspecto mas porcino si cabe.-Llegas tarde: ¿acaso te crees mas importante que los demás para llegar a la hora que te venga en gana?-Mascar chicle y gruñir al mismo tiempo no es una buena combinación, no podía apartar la vista de el repugnante espectáculo de ver como su barba se llenaba de perdigones.-Releva a José Antonio y que no se repita lo de hoy.-Supuse que el tal José Antonio era el" gordo calvo de mierda" que en ese momento estaba en el puesto en el que normalmente desempeño mi trabajo.
Llevo aquí dos semanas y en la ETT. me han asegurado que podría tener para por lo menos un mes mas. (Con semejantes expectativas de futuro estoy por pedir un crédito para comprarme un lamborgini, seria gracioso ver la cara de el del banco cuando se lo propusiera.) Pero será mejor no hacerme demasiadas ilusiones por lo que no me he molestado ni en memorizar los nombres del resto de los esclavos. Es preferible ponerles motes. ¿Para que confraternizar con unos individuos a los que perderé de vista por siempre jamás en unos pocos días? Prefiero ponerles motes para hacerme una idea mental de cada uno de ellos. Ya he mencionado al "cerdo hijo de puta" que como es fácil de deducir es el que hace las funciones de encargado. A mi derecha al otro extremo de una cinta trasportadora y agazapado tras una sierra eléctrica esta el "come rabos" atareado en cortar rodajas de merluza congelada. Justo enfrente suyo, también despedazando merluza, esta el "gordo calvo de mierda". Cierto que los motes no son demasiado originales pero si muy descriptivos.
La mía es una de esas tareas con las que te sientes realizado como persona y en la que día tras día te enfrentas a nuevos retos. o lo que es lo mismo, una rutina de mierda que podría desempeñar un chimpancé. Pensar que en la oferta de la ETT. buscaban a alguien con un titulo técnico, y aquí estoy yo un matricero tornero fresador con 12 años de experiencia empaquetando pescado. La verdad es que no todo es despedazar merluzas, ayer por ejemplo estuvimos cambiando la fecha de caducidad a las CAJAS DE LANGOSTINOS que estaban a punto de caducar. Es posible que alguien piense que me tengo bien merecida mi crisis intestinal por chorizo, pero eso es porque no le pagan la miseria que yo cobro.
El "gordo calvo de mierda" mantenía una conversación con el "come rabos" sobre futbol que es el tema favorito de subnormales de coeficiente intelectual nulo, mientras el "cerdo hijo de puta" estaba en la cámara frigorífica sacando mas cajas de merluza. Yo por mi parte estaba a lo mío, las rodajas pequeñas y cochambrosas en el fondo de la caja, las grandes y hermosas en la parte superior intentando que el peso de la caja se acerque lo máximo posible a 7Kg.
-¿Viste el partido anoche?-Tarde unos segundos en darme cuenta que el "come rabos me estaba hablando a mi.
-El futbol no me interesa-le conteste.- ¿Pero habrá algo que si que te interese, no? Llevas aquí dos semanas y no has soltado prenda.-¿Acaso eres un puto cura, porque cojones te tendría que contar mi vida?
-¿Te has escuchado? De cada tres palabras una es un taco. ¿ No tienes porque estar a la defensiva con nosotros, somos tus compañeros.(Me equivoque. Este no ha sido cura, este lo que es, es maricón.)-Mira,-le dije- ahora lo único que me interesa es que llegue la hora de salir y perderos de vista.
-Hablas como si estuvieras de vuelta de todo, vamos no te amargues, hay que disfrutar de las pequeñas cosas con que la vida nos sorprende día a día.
En ese momento el "come rabos" soltó un grito y se tiro al suelo quedando en posición fetal, con la mano derecha presionaba con fuerza la izquierda. Algo subía por la cinta transportadora, sobre la merluza cayo media falange de un pulgar. El "come rabos" gritaba como un poseso, no parecía disfrutar demasiado de las pequeñas cosas con que la vida te sorprende día a día.
El "cerdo hijo de puta" salió corriendo de la cámara frigorífica alertado por el escandalo. Gritaba el "come rabos" el "gordo" hacia lo propio y supongo que por no desentonar también el "hijo puta" comenzó a berrear y a soltar maldiciones, pero nadie movía un dedo (valga la redundancia) por el accidentado.
En alguna ocasión había visto en ese gran medio divulgativo que es el televisor que un miembro amputado, sobre todo si el corte es limpio como aquel, podía ser reimplantado si se operaba con rapidez pero que se debía guardar en hielo para que las posibilidades de éxito fuesen mayores. Así que tome el dedo y lo puse en el lugar mas frio que encontré.
Finalmente entre el calvo y yo vendemos la mano del herido con lo poco que encontremos en el botiquín, mientras, el "hijo puta, avisaba a una ambulancia.
-La mutua no tiene ambulancias disponibles,-dijo a su regreso.- Tendrás que llevarlo tu Manuel.-Refiriéndose al "gordo".
Poco después de que el "gordo" saliese cagando leches en su coche con el herido y una caja de merluza congelada con un dedo en su interior, apareció el jefe de personal hablo con el "hijo puta unos minutos y regreso a su oficina.
-La empresa me ha comunicado que desde este mismo instante no precisa de sus servicios.
Y me lo suelta así como si nada, hace un instante lloraba y pataleaba como una maricona y ahora me hecha a la puta calle sin inmutarse.
Mire el reloj. Aun no son ni las nueve puedo pasarme por la ETT para comunicarles que mi culo vuelve a estar a disposición de quien quiera abusar de el.
Uf, aun me duele el estomago, mejor me paro a tomarme unas cervezas en el bar y luego me acuesto hasta la hora de comer.

La riqueza de la lengua.

Si algo tiene el idioma de Cervantes es riqueza de palabras; preposiciones, conjunciones, adverbios, adjetivos (calificativos pero sobretodo descalificativos), verbos para definir tiempos de todo tipo, incluso algunos que solo parecen existir en el imaginario de la ciencia ficción, (como por ejemplo el copulativo, o quizás sea yo el que no acaba de entender el concepto.) Pero sobre todo es de admirar la variedad casi ilimitada de sustantivos de los que disponemos para definir una misma cosa. Es por ello que me entristece en gran medida el pobre uso que dan algunos de tan completa herramienta para la comunicación. Sin ánimo de menospreciar a aquellas mentes obtusas cuya materia gris es menos gris que sus anodinas vidas y buscan consuelo intentando que la existencia de los que les rodean sea también triste y miserable, (Imagino es por aquello de “mal de muchos consuelo de tontos”, pero por lo visto a su modo de ver las cosas es un consuelo a fin de cuentas.) A todos esos “provocadores de medio pelo” va dirigido este boletín cuya finalidad es meramente didáctica y no crítica.
Podéis convertiros en unos impresentables con estilo de forma sencilla siguiendo unas pautas bastante simples que no dejaran de manifiesto la evidencia de que los surcos de vuestros cerebros fueron diseñados para la circulación de aguas fecales. Tan solo hay que variar los improperios, que vuestros exabruptos no sean monótonos y repetitivos. Los vituperios deben fluir con soltura, que oculten el halo de patetismo que os envuelve, dejad atrás esa inmadurez del caca, pedo, culo, pis, que ya sois mayorcitos hombre (y mujer, no quisieran me acusaran de machista, la mediocridad no es patrimonio de un solo sexo.)
Aquí va una ayudita, no hace falta que los memoricéis todos, entiendo que a vosotros ese esfuerzo os podría provocar una trombosis. De esta manera podréis repetir la misma tontería muchas veces sin que se note que sois imbéciles.
Ejemplo uno.-¿Como denominar de forma “simpática” a esa pobre chica que nada os hizo sin que el aburrimiento la pueda antes que la ofensa?
Puta, zorra, ramera, pelandusca, buscona, prostituta, meretriz, pendón, furcia, fulana, guarra. (Creo con esto es suficiente.)
Ejemplo dos.- No os podéis permitir menospreciar la inteligencia de vuestros adversarios si dejáis de manifiesto que sois cortos de miras.
Tarado, memo, idiota, lelo, retrasado, cretino, imbécil, subnormal, burro, borrego, estúpido, zote, necio, ignorante, zopenco, zoquete, gilipollas, papanatas, pasmado, majadero…etc, etc.
Un último ejemplo. Comprendemos que estéis orgullosos de vuestro órgano reproductor, a fin de cuentas es el responsable de que el riego sanguíneo no os llegue a la cabeza. Me parece bien que lo apreciéis tanto, que lo miméis y disfrutéis de su compañía. Habladle, acariciarlo con la manita, frotarlo hasta que arda. Pero ya que tanto os gusta mencionarlo y jactaros de él, no caigáis en la rutina, que eso mata las relaciones de pareja y seria muy triste que tuvierais que “cortar” con vuestra preciosa herramienta.
Verga, polla, pene, cipote, rabo, el vengador calvo, miembro, glande (o pequeño según el caso), pijo, carajo, chorra, tranca, falo, minga…aquí la lista es inacabable. No insistiré mas en el tema por si tuviera que escribir un segundo volumen, creo por hoy es suficiente.
Bueno mis queridos y grotescos pelacañas seguid con vuestro complejo de inferioridad buscando llamar la atención como críos hiperactivos, pero que se note que no sois del todo retrasados. No hace falta que me lo agradezcáis.
Un saludo de uno de los vuestros.





El surco que deja tras de si la lombriz.  "La edad de la inocencia.



Obviamente no recuerdo el momento preciso en el que nací pero me han asegurado que como el resto lo hice llorando después de recibir mi primer azote. No parece un buen comienzo pero si premonitorio de lo que se me venia encima. Soy el segundo y último de dos hermanos, siempre se lo echare en cara a mis progenitores. “Siendo pobres como sois y ya teniendo uno, ¿para qué mierdas me trajisteis al mundo?” Podéis creer que me lo estoy cobrando con intereses pero este no es el tema que nos ocupa, hoy hablaremos de la tierna infancia, de la “edad de la inocencia”. Los primeros recuerdos son vagos y confusos, no entiendo el porqué se me quedaron grabados unos pequeños muñecos que tenía en casa una vecina y de arrastrar sobre una silla un porrón (ese utensilio de vidrio parecido a un botijo en el que se vierte cerveza, vino o las más variadas mezclas alcohólicas.) Mama tenía mucha voz, tanta que le sobraba por lo que la malgastaba a modo de soprano perforando mis tímpanos con trágicos “do de pecho”, fue muy temprano cuando empecé a apreciar las virtudes del silencio. Papa era ese gigante que llegaba tarde tras el trabajo y te aupaba un rato en brazos para depositarte lo más lejos posible de su vera. Yo era un niño tranquilo y prefería la indiferencia de ambos al agasajo, los besos y abrazos de la familia de visita. Como todos los críos tenía mis terrores nocturnos pero en mi caso no habitaban bajo la cama ni dentro del armario, pernoctaban en la cama de al lado y se alargaban durante todo el día, atendían al apelativo de “hermano”. Todo el que halla ocupado el peldaño inferior en la escala familiar sabe lo que se siente al estar sometido a la tiranía de la envidia y los celos del príncipe destronado y en mi caso el primogénito era de cuento perverso. En un principio contaba con un poderoso aliado, el benjamín de la casa tan solo tenía que abrir un poco la boca y emitir un leve quejido para que mami acudiera rauda al rescate. Que satisfacción regocijarse en ese preciso instante en que el bofetón le gira la cara a tu agresor, pero claro, ahí queda el rencor y la venganza se sirve fría. Los buenos tiempos (o al menos no tan malos)pasaron deprisa, dos años tranquilos en el parvulario y comenzó la época de aprendizaje, la enseñanza pública obligatoria y ole.
Allí conocería a nuevos amiguitos y a personajes variopintos: al abusón, al matón, al intimidador, al acosador, al manipulador, al extorsionador. Dejar claro que yo no era (ni soy) de constitución fuerte y es que mi “querido” hermano acabo con la leche materna, me dejo a dieta de a saber que sucedáneo de mierda y parecía haber venido de unas largas colonias en Mauthausen. `Al igual que todos los cachorros los humanos también se pelean para ir dejando claro el lugar que les corresponde en la jerarquía de la manada y yo perdí uno tras otro todos mis combates. Después de tanta humillación empecé a sentir empatía por los perdedores pero no acabe de cortar las alas a mis aspiraciones de líder. Aún quedaban algunos individuos residuales peores que yo. Pronto hice mi lista de prioridades en la vida y la primera era evadirme lo máximo posible de ella por lo que me refugie en la lectura. Claro está que no me refiero a Dickens y mucho menos a Shakespeare, no era más que un tierno infante. Hablo de lo que antes llamaban tebeos, más tarde comics y por lo visto ahora mangas, como el corte de… que les profiero a los putos japos y a sus muñacos. Devoraba los “tebeos” de Mortadelo, Zipi-Zape o el capitán Trueno, cualquier cosa que cayera en mis manos y ahí empezaron mis aspiraciones artísticas aunque debo reconocer que fue antes mi interés por el dibujo que el literario pero todo de la mano dejo claro lo que deseaba ser de mayor, ni astronauta ni bombero, yo quería ser DIBUJANTE DE TEBEOS. Supongo que más por dedicación y autodisciplina que por habilidad innata empecé a destacar en el arte de pintar monigotes lo que me salvaba de vez en cuando del escarnio de la futura carne de presidio que eran la mayoría de mis compañeros de colegio, eso junto al ingenio del que aún no era ni consciente me hizo por fin líder de un pequeño grupo de alfeñiques con los que jugar a la hora del patio o lo que es lo mismo, a la hora del “Serengeti”. Como los suricatos siempre estábamos atentos durante nuestro esparcimiento de los movimientos de los depredadores y huíamos despavoridos a escondernos en nuestros agujeros ante la presencia demasiado cercana de alguno de ellos. Ahí llega el rey de la sabana con su frondosa melena ochentera, su peine en el bolsillo de atrás y la navaja en cualquiera de ellos. Tan solo tiene trece años pero aparenta quince y ya asegura haber follado. ¿Follar? Nuevo trauma, escuela primaria reservada al sexo masculino. ¿Niñas? A si, eso con coletas que salta a la comba y molesta a la hora del patio con sus tontos juegos y ocupaciones. Mierda de educación tardío Franquista, no me bastaba con ser imbécil existencial que también lo era sexual.
Se acabó por fin la EGB, ocho años de suplicio. Pensaba de forma optimista (cosa poco habitual) que a partir de ese momento vendrían tiempos mejores lejos de aquellos cabrones que me habían amargado la niñez. Angélico, estaba en plena adolescencia y era un pardillo, la sabana ahora es jungla, los devoradores son mayores y para recordármelo me aguardaba mi hermano al llegar a casa.


¿Un sueño húmedo?

 Las últimas palabras y pudo rubricar con un fin la nueva novela de su heroína, la octava de una larga saga. Estaba complacido con su obra y después de tantos años dedicados a la enérgica figura de la detective había acabado por sentir algo muy profundo por su personaje. ¿Puede alguien enamorarse de una ficción? Pensó.
-¿Enamorarse? ¡Eres un maldito estúpido!-El escritor casi se cae de espaldas sobre la silla del susto, se incorporó poniéndose en guardia mirando hacia el lugar de donde provenía la voz. Una mujer alta, esbelta de pelo laceo y oscuro, de un brillante negro azabache lo contemplaba de forma punitiva. Vestía un elegante traje de los años 40 también oscuro y calzaba unos zapatos de tacón de aguja. De ellos parecían crecer unas larguísimas piernas enfundadas en medias de seda. Sus ojos verdes y su mirada profunda, penetrante. Fumaba un largo cigarrillo y entre la comisura de sus carnosos labios salían las bocanadas de humo. No podía creerlo, era tal como la imagino siempre y por más que intento describirla con palabras en sus novelas nada se aproximaba más a la imagen que tenia de Cecilia la detective privado que aquella mujer surgida de la nada, incluso su voz era tal como la había imaginado. ¿De donde había salido esa mujer con su anacrónica indumentaria?
-¿Quién eres, como has entrado aquí?-El escritor estuvo tentado de pensar que soñaba pero el dolor de una punzada en la espalda provocada por el forzado gesto al levantarse y girarse dando la espalda al ordenador, a su herramienta de trabajo, era demasiado real.
-No preguntes tonterías. Sabes de sobras quien soy, pero es normal que te intrigue que demonios hago aquí.-Aspiro una larga calada de su cigarrillo, se mantuvo en silencio unos segundos antes de continuar, el escritor no daba crédito a lo que veían sus ojos.-Debería darte una paliza. ¿Qué numero hace esta novelucha? ¿Ocho? El escritor asintió con un gesto. ¡Ocho, miles de páginas haciéndome dar tumbos de un lado a otro, recibiendo golpes y padeciendo todo tipo de situaciones absurdas y sin embargo..!-Puso el cigarro entre el pulgar y el índice y lo catapulto hacia el rostro del asombrado novelista.-..¡No me has permitido darle ni una alegría al cuerpo, ni un solo desahogo…ni un triste polvo! ¿Acaso tengo cara de monja? ¡Menudo mojigato de mierda estas hecho!-Se abalanzó sobre el hombre sin darle tiempo a reaccionar. –Sé que te gusto, lo he visto en tus ojos, me deseas.-Su pecho se presionaba sobre el de él que había caído de espaldas al suelo, ella aprisiono su costado con sus fuertes piernas y sus nalgas hacían lo propio sobre la entrepierna de él, noto como su pene crecía endureciéndose. –Me lo debes, después de todos estos años no puedes negármelo.- Toco con la diestra el bulto del pantalón.-No creo que seas capaz de decirme que no, tu cuerpo ya lo ha aceptado.-Se deslizo sobre él deteniendo su rostro justo enfrente del ariete que intentaba abrirse paso inútilmente a través de la tela de la bragueta, los botones parecía que podían saltar en cualquier momento por la presión. Lo libero por fin y ya fuera de su prisión se mostró erecto, altivo, erguido, firme como un disciplinado soldado y dispuesto para el combate.-La extraña lo tenía tan cerca de los ojos que para admirarlo quedo bizca.-Valla, valla con el reprimido, parece que tu hermanito de aquí abajo no opina lo mismo que tú sobre mantenerme casta y dejarme a dos velas.
-Has tenido muchos romances durante tus aventuras.-Al escritor le era difícil articular palabra, la excitación acelero su respiración y más que hablar parecía jadear.
-Bah, muchas veces me hice ilusiones, me rodeaste de guapos héroes, de eróticos villanos y al llegar al momento esperado…¡Nada! ¡Pasabas al siguiente capitulo!-Introdujo el glande en su boca y empezó a lamerlo al tiempo que con sus manos masajeaba los testículos del escritor. Este cerró los ojos y lanzo un gemido. Aquello no podía ser real, su personaje le estaba chupando la polla y la absurda situación no había hecho más que empezar. La mujer se incorporó y agarrándolo de las solapas del traje lo levanto como si no pesara más de unos pocos kilos.-Llévame a tu habitación.-Le ordeno. Ya no le importaba si aquello era o no real, la quería poseer a toda costa, hacerla suya, penetrarla por todas sus cavidades. Entraron a toda prisa al dormitorio, él más que desnudarse se arrancó las ropas y se lanzó sobre la cama. Ella lo obsequio con un striptis que lo hizo enloquecer aun más de lujuria, el cuerpo de piel morena de ella era escultural, sus curvas las de una carretera comarcal, sinuosas y peligrosas. Sus senos pequeños pero simétricos, perfectos, coronados por unos rosados pezones. Se arrojó sobre él mordiéndole el pecho y frotando su sexo con el pene erecto. Se tumbó boca arriba y abrió sus piernas ofreciéndole su coño que ya estaba muy húmedo. El escritor no pudo contener mas la pasión y se puso sobre ella, cogió su verga con la mano y apunto a la vagina de ella decidido a penetrarla de inmediato. En ese momento la mujer lo aparto lejos de si de un fuerte empujón y comenzó a vestirse de nuevo. El escritor la miraba atónito desde el frio suelo.
-¿Qué demonios haces, te vas ahora?
-¡A que jode capullo! Nos vemos en el próximo capitulo.-La morena abrió la puerta de la calle y desapareció al cruzarla, el hombre seguía desnudo en el suelo frotándose los ojos sin entender nada.




Relatos enajenados

El autor ya no disponía de más espacio donde almacenar las palabras. Inquietudes, reflexiones, ilusiones, diferentes estados de ánimo plasmados en un papel que el tiempo ya empezaba a dotar de un feo tono amarillento. Las palabras necesitan que les insuflen vida, necesitan ser leídas y sin embargo se consumían encerradas en la casa del escritor. Guardó en una maleta las que le parecieron más interesantes y salió a la calle en busca de receptores que alimentasen su ego. Aparcó su cuerpo en mitad de una concurrida avenida con la intención de compartir con el mundo su talento, pero todos pasaban por su lado sin echar un vistazo a su obra, pasaban de largo ignorándolo. Desesperado e impotente, vio como un súbito aguacero convirtió sus preciadas palabras en papel mojado. Regresó a su encierro entre cuatro paredes, en la morada del escritor no había otra cosa que estanterías repletas de legajos, una mesa, una silla e innumerables cuartillas aun en blanco. No escribiría más, almacenaría sus palabras en la cabeza y no las compartiría. - Serán tan solo mías. - Pensó. No tardaron las ideas en presionar su cerebro, en el cráneo no había suficiente espacio y el dolor aumentó día a día hasta volverlo loco. Decidió que a partir de ese momento las palabras le acompañarían allá donde fuese, pero la lluvia no las mataría de nuevo y nadie se las arrebataría sin antes quitarle la vida. Todo su cuerpo se convirtió en un manifiesto a la demencia, tatuadas en la piel las palabras no dejaron un solo espacio en blanco. Ahora todos le prestaban atención por donde pasaba y el autor temeroso de que alguien se las robara caminaba cada vez más deprisa hasta acabar corriendo como un poseso huye del exorcista. Acabo escondido bajo un puente a la orilla de un contaminado río recitando para sus adentros un poema. Estaba en estado de gracia, que bellas las nuevas palabras, sin duda jamás había creado algo tan inspirado y no disponía de nada donde plasmarlo. Regreso a su madriguera ensimismado, repitiendo una y otra vez los versos al igual que un niño hace con la lista de la compra que le encargó su madre. Al cruzar la calle un autobús a modo de punto y final concluyó con todo.
Un año más tarde sus libros se vendían como rosquillas, una hábil campaña publicitaria ideada por el banco que se había quedado con la casa del autor y encontrado su legado lo convirtió en un escritor de culto rodeado de un halo maldito. Ningún heredero conocido, nadie reclamaría los derechos de autor.




                              No te rías en el cielo.




Soy capaz de quitarle el hierro hasta a las lentejas si con ello evito romperme la cabeza. Sin embargo hoy me he emperrado en correr tras las musas, me han sacado una larga distancia sobre la marcha y estoy agotado. He notado que algo no rueda como debiera, que estoy oxidado y cansado. Apenas ando y por si fuera poco no avanzo si no que retrocedo y no precisamente para tomar impulso. Que se me acelera el pulso y siento sudores fríos, he llegado al final del sendero exhausto con la legua recogiendo el polvo del camino y resoplando como un fuelle roto. Delante mío un tío me corta el paso y tras de sí una verja de oro adornada con nácar y perlas. El individuo recela al tiempo que me escudriña de arriba a abajo como si fuese un bicho raro. Le pregunto si había visto correr a mi inspiración a lo que responde que no, que lo que me había dado es un ataque al corazón.
Estar muerto no es tan malo, te pasas el día tumbado sin hacer nada y no importa si es por la tarde, noche o mañana, pero lo que jode la marrana es esa manía por restregarme mis faltas por la cara. No reconozco al tribunal les digo y el tipo de la barba blanca se enfada conmigo. ¿Qué me importa no poder entrar al cielo? Además es un muermo de sitio, con sus querubines y sus angelitos carentes de atributos, ni femeninos ni masculinos, rebaño de andróginos albinos. San Pedro como buen perro me ladra, Dios se calla, la Virgen se relame mirando a Mateo y San José nota como le crecen los cuernos. Pandilla de fariseos, y pensar que me vetan la entrada por calzar zapatillas, no esperarían caminara descalzo sobre las aguas contaminadas del Mar Muerto. Mateo se encuentra bajo las enaguas de María, Joselito la lía y el palomo se me caga encima poniéndome perdida la camisa. No encuentro paz ni siquiera en lo más sagrado, paso del cielo, lanzadme al averno.




La verdadera identidad de Dios es...
Dios puede llamarse Jehová, Yahveh, Ala (Es grande, como el burro, ande o no ande.) Buda o Eufemio, pero yo he descubierto quien es realmente. Dios se llama Clark Ken y como todos sabemos...no pertenece a este mundo.

Es curioso como creencias que duraron siglos han pasado a denominarse "mitos y leyendas". Supongo al caer en desuso perdieron el status de "religión" (a todas les llega su declive y son sustituidas por otras.). Ciertamente los politeístas eran mas imaginativos y graciosos. Los antiguos Dioses del Olimpo o el Walhalla podrían pasar hoy por los precursores de los actuales súper héroes. Eran una legión de ellos y podías elegir a tu favorito sin que la cólera de el resto callera sobre ti. (Bueno como habían sido creados a imagen de los humanos tenían sus manías y quizás un poco de rencor si te guardaran.) El caso es que todos tenían sus debilidades, aficiones y claro esta, súper poderes que los hacían superiores a los simples mortales. Pero podían morir, ni tan solo eran eternos. Sus tribulaciones, traiciones tejemanejes eran francamente divertidos, un verdadero culebrón digno de la mas adictiva de las telenovelas. Incluso los poderosos entes nórdicos sabían que llegaría su final, que el crepúsculo de los dioses era inevitable y caerían abatidos por sus eternos enemigos los gigantes. Toda una epopeya. Prescindiendo del caso que realmente les hicieran sus fieles tenían su interés literario. Sin embargo por otro lado están los monoteístas. Intransigentes y déspotas no admiten cabida a ningún rival. Todo poderosos y eternos subyugan a los humanos. ¿Hay un súper héroe mas aburrido que súperman? Invencible como es da realmente poco juego, en definitiva, es un peñazo. Reivindiquemos los antiguos Dioses, Odín y sus cohorte de vikingos, Marte o Zeus según te gusten mas romanos o griegos, que no me fio de Clark Kent, tras su imagen de cordero con esas gafas que no engañan a nadie, se esconde realmente un marciano que no tiene nada que ver con los humanos.




El malo.

Él es perfecto, hace que te sientas ligera, liviana como una pluma. Tan feliz y segura cuando te roza. Cuando sus brazos rodean tu cintura el corazón se te acelera y lo buscas, buscas sus labios. Tu cuerpo se estremece cuando él te besa. Él es el gran guerrero que todo lo puede, el héroe de tus sueños, el ángel del deseo con puños de hierro enfundado en cuero. Él es el caballero andante, que a lomos de una Harley acudirá al rescate, acabará con el malo y será entonces, cuando todo termine, que sonará una música empalagosa acompañando a los títulos de crédito. En el suelo, yo, el malvado de la película, el pérfido imperfecto, el feo.
Estoy muerto y en la platea todos aplauden, todo fueron vítores cuando mordí el polvo, cuando el guapo me dio la gran paliza de mi vida y poco antes del golpe de gracia una frase “ocurrente” para acabar de humillarme en la derrota. “Sayonara babe!” o cualquier otra majadería que se le ocurriera al guionista.
Todos me odian. ¿Acaso elegí yo mi papel? El guión era pésimo, kilómetros de celuloide desaprovechado. Con todo, seguro que habrá una segunda parte, pero no contaran conmigo. Será un cretino diferente al que el fornido protagonista mandara al otro barrio.
En el infierno nos encontraremos ambos villanos y despotricáremos contra “don perfecto” al tiempo que reconocemos que la chica era lo único bueno de tanto despropósito, que por amarla lo perdimos todo.
El “chico majo” de ojos claros, de músculos imposibles intoxicado de testosterona se la lleva de paquete en su moto. Yo te miraba a los ojos mientras ataba tus muñecas a la trampa. ¿Por qué debo hacerlo? Pues porque el guión así lo manda.
A través de la ventana aparece el héroe sobre su máquina, una lluvia de cristales se me clavan en la cara pero consigo activar la palanca. ¡Voy a matarla maldita sea! ¿Por qué he de hacerlo si la quiero? Pues porque eres el malo pendejo.
Estoy cansado de perder ,de ser siempre el “malo”, de que solo me esté permitido hacer daño a quien en realidad amo.
El protagonista la rescata en el último momento, me mata, la besa y se la lleva como si se tratase de una muñeca de atrezzo. ¡Estoy harto de esto! Me levanto, regreso de entre los muertos para llamarla por su nombre. Está asustada y no me responde, el “guapo” la retiene.
 -¡Ella es mía! - Me grita. - ¡Me pertenece, que por algo soy el que tiene las letras más grandes en los títulos de crédito. Soy por el que todas suspiran, el que se deja querer y a ninguna ama. ¿Qué es lo que no entiendes? ¡Soy el ”prota” idiota!
Ya no me importa que me despidan, me es indiferente no conseguir ningún otro papel. Le rompo los dientes. ¿Cómo te sientes en este estado? Desfigurado has dejado de ser el “guapo”. Fuera del guión ya no es ningún campeón, solo un llorón cobarde. - ¡Me quejaré al director!- Me amenaza. Qué me importa.
Me vengo abajo en un suspiro porque en sus ojos de ella está escrita la respuesta, aun así le tiendo la mano.
 - Lo siento. – Me dice. -  No puedo irme con el malo.
Supongo que es como debía de ser. Ahora en el paro nadie me da trabajo, sentado en un banco imploro unas monedas a todo aquel que pasa y si me sobra un rato les ofrezco un guión imposible en el que a la chica se la lleva el malo.

La panacea del conocimiento.

-¿Papá porque los pájaros vuelan?
-Porque si.
-¿Papá porque enfermamos?
-Porque si.
-¿Papá porque se mueren las personas?
-Porque si.
¿Papá porque el tío manolo es rico y nosotros pobres?
-Porque si.

¡Por favor! Comprendemos que abrir un libro e informarse un poco es un gasto de energía inconcebible pero has quedado a los ojos de tu vástago como un autentico imbécil, como vas a ganarte su respeto poniendo de manifiesto tamaña ignorancia que "porque si" es respuesta de tontos.
Pero no te preocupes gañan, te traemos la panacea, el remedio con el que te ganaras la admiración de tu prole y disimularas hábilmente tu estupidez.
Rebobinemos.
-¿Papá porque los pájaros vuelan?
-Así lo ha dispuesto Dios.
-¿Papá porque enfermamos?
-Es la voluntad de Dios.
-¿Papá porque mueren las personas?
-Porque solo Dios es eterno.
-¿Papá porque el tío Manolo es rico y nosotros pobres?
-Porque los designios de Dios son inescrutables.

-¿Papá porque solo Dios es eterno?
-Porque, porque...¡PORQUE SI!
 

Guerrero en el desierto.






Derribado por enésima vez es poco probable que confíen de nuevo en mis manos otro avión que me permita remontar el vuelo. Alcanzado por una ráfaga de fuego amigo, ironías del destino o simple mala suerte, quizás sea cierto que soy gafe pero ahora ya en el suelo debo olvidarme de surcar los aires y vagare por el desierto como de costumbre. Joder pero es que esto ya aburre, suerte del peyote y sus visiones, su relajante humo. Ahora soy un coyote y frente a mí el guerreo no empuña el hacha, alcanza una pluma de su penacho y me la ofrece.-Esta es ahora tu arma, mójala en sangre y concluye tu historia.-No puedo hacerlo, no soy más que un perro de las dunas.-Él no se inmuta sabe que sé que es solo una ilusión y que cuando recobre la razón deberé elegir si seguir o abandonarme a los buitres.-Acaba tu balada o no serás nada.-Me dice.-¿Qué otra cosa te queda por hacer en este lugar? No hay en el fuselaje de esa chatarra (el viejo guerrero miraba los restos de mi aeroplano) una sola muesca, ni un solo enemigo abatiste. ¿Por qué sigues empeñado en seguir con la guerra? Ya perdiste.-Eso era verdad, lo de pelear se me da bastante mal.-Acaba tu balada.-El viejo guerrero insiste.-Ahora si empuña el hacha.-Nosotros lucharemos por ti, ya sabes quienes somos y vendrán más. Ahora debes despertar cretino.-Estoy empapado en sudor, la oscuridad me rodea y la angustia me asfixia. Durante unos segundos estoy perdido hasta que al fin palpo la llave de la salvación, enciendo el interruptor y me incorporo en la cama, nunca más cenare callos con gin tonic. Me fijo en que el ordenador esta encendido sobre el escritorio. Bien viejo amigo, acabare la maldita balada.

En estado regresivo.
Que el tiempo te pone en tu sitio es cuestionable y mientras me aburro de no encontrar el mío aun a sabiendas de que no es la decisión correcta me he afiliado a una secta. Si he de estrellarme que sea a lo grande y con los cuernos por delante. El cerebro en modo mono, que solo funcione el lado más rupestre, que se note desciendes de aquellos que habitaron Atapuerca. Perder la vergüenza a llorar como una vieja mientras mendigas a las puertas de la iglesia. Ya saque para unas cervezas, que continué la fiesta, empiece la ingesta. Botellón y el pantalón marcando un manifiesto de intenciones, que se noten tus cojones. Dale tabaco al abuelo para que calle y no moleste, a todo volumen el radio casette. ¿Para qué evolucionar si se está tan bien andándose por las ramas? Para aporrear la guitarra es mejor disponer de cuatro manos. Conseguir sea glamuroso el hedor a sobaco es mi objetivo y el motivo por el que camino es que aún no me he caído perdiendo el equilibrio borracho perdido. Que de perdidos al rio, tantos pelillos fueron a la mar que al final me quede como una bola de billar. No dar para más desde los doce años, quedarse estancado en la edad del pavo y que todo te sude el rabo. Los puños en alto coreando proclamas. ¡No nos da la gana! ¿El qué? Y yo que sé. En ese caso…pues hasta mañana.

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